septiembre 8, 2010

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El vehículo sujeta a los discapacitados para que efectúen sus golpes de golf. Ayuda a la rehabilitación muscular de las personas.

Un jugador prueba el Paragolfer ante la atenta mirada de su creador

Las personas discapacitadas no suelen tenerlo del todo fácil para ejecutar un ‘swing’ o moverse con libertad en los campos de golf. Deben valerse de una silla rígida que no les permite incorporarse para poder efectuar los golpes con la precisión necesaria.

Por ello, el club guipuzcoano de golf Goiburu, pionero en la instrucción de alumnos minusválidos, ha contactado con el deportista Anthony Netto -ex jugador profesional que tuvo que dejar su carrera por una esclerosis múltiple-, para hacerse con uno de sus modelos de silla Paragolfer. La intención de la escuela es facilitar el juego de estos apasionados del golf para que desarrollen su deporte de una manera más autónoma.

No en vano, se trata de una singular construcción que consta de un motor eléctrico con un asiento con respaldo regulable e inclinado que permite incorporarse al jugador para que pueda ejecutar su golpe con una perspectiva más «vertical» hacia el hoyo.

El sistema cuenta con un dispositivo de bipedestación que permite la adaptación personalizada del alumno a la profundidad del asiento y a la longitud de sus piernas.

Así, la superficie del asiento pasa de una posición horizontal a la vertical mediante un elevador con motor que sostiene al jugador. «Los ángulos del respaldo y del reposapiés varían hasta que el jugador alcanza una posición erguida para ejecutar su golpe».

Así, esta prestación facilita al jugador una perspectiva frontal del hoyo que le ayuda a tener una visión «más amplia» del campo. «Puede mover sus hombros y la referencia visual es más correcta al situarse de lado», detalla Jon Ontaño, responsable de la sección que junto a su socio Néstor López Garín, tienen como fin traer a Euskadi cuatro o cinco modelos de esta espectacular silla valorada en 15.000 euros.

Entre las ventajas que aporta esta innovadora frente a la silla convencional se halla su movilidad. Así, mientras en las sillas de ruedas las ruedas son fijas e impiden al jugador poder desplazarse con soltura, este prototipo favorece que el alumno pueda golpear la bola de pie dándole una «gran autonomía» para poder desplazarse. «Con pulsar un botón puede avanzar hacia la pelota y dibujar un golpe con un arco más preciso».

Los beneficios de la silla paragolfer no acaban en este deporte, ya que puede ser aplicada a varias disciplinas. Así, el modelo de silla puede ser útil para personas discapacitadas en tiro con arco, la pesca o la caza. Incluso, puede facilitar la movilidad de las articulaciones de personas en procesos de rehabilitación muscular