Guillermo Salmeron.  Periodigolf
El año pasado dijo que no se veía capaz de ganar un Major y 365 días después ha demostrado que está preparado de sobra.

Si Sergio aprovecha sus oportunidades y la gran vuelta con la que ha empezado puede convencerse definitivamente de que es un hombre con opciones de ganar en uno de los campos más difíciles del mundo.

Llegaban los dos españoles con más opciones en Augusta -Sergio García y Gonzalo Fernández Castaño- con un buen bagaje en la primera parte de esta temporada donde los dos lo habían hecho muy bien. Sin embargo, el Masters es un torneo diferente, muy dificil y exigente con cualquier tipo de jugador.

Nuestros dos representantes salían en el turno de tarde y los dos han jugado -lejos de falsos forofismos- a las mil maravillas. Pero por hacer justicia lo de Sergio hoy ha sido espectacular y podía haber sido brutal si hubiera aprovechado alguno de los tres pares cinco -el 2, el 8 y el 13- donde sólo pudo firmar el par.

Pero a pesar de ese contratiempo hoy Sergio ha jugado una de sus mejores vueltas en sus 14 Masters de Augusta igualando su mejor resultado de 66 golpes y situándose líder por primera vez en un torneo en el que nunca se ha sentido muy cómodo pero en donde hoy ha jugado con esa cabeza privilegiada que tiene.

Sin cometer ningún error importante -sólo un par de drivers se le han ido fuera de calle- Sergio ha sabido tener paciencia, esperar y no desesperar que es fundamental para cualquier jugador que quiera tener opciones de ganar el Masters. Sobre todo cuando tras los primeros nueve hoyos dejaba su tarjeta con un espectacular cuatro abajo que hacían presagiar cosas muy buenas. «Sin duda del 1 al 10 han sido mis diez mejores hoyos jugados en Augusta a lo largo de mi carrera», sentenciaba García.

En su segunda parte del recorrido el castellonense supo nadar y guardar la ropa para igualar en el marcador al australiano Marc Leishman y con dos nuevos birdies en el 10 y el 15 se colocaba en lo más alto de la clasificación bien escoltado por un Gonzalo Fernández Castaño que firmaba bogey al 18 pero que en absoluto empañaba una jornada española para soñar.

Hoy Sergio ha firmado 66 golpes en una excelsa vuelta que ya firmó el malogrado Severiano Ballesteros cuando ganó en este mismo campo su primer Masters de Augusta, allá por el año 80. Una coincidencia que, además, se ha producido el mismo día que con 30 años de diferencia coronaba al cántabro con su segunda Chaqueta en este torneo. Coincidencias. No lo se pero me gustan y me hacen soñar otra vez con una victoria española en este lugar mágico.

Mañana será el día de la confirmación y de ninguna manera ninguno de los dos, ni Gonzalo ni Sergio, deben de confiarse o relajarse. El viernes tiene que ser el día en el que los dos presenten sus credenciales para hacer un Masters que recordemos para siempre. Está en sus manos y en nuestros sueños.