junio 5, 2013

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Por Eduardo Minguell Profesional de Golf .    Opengolf.es
Pienso que pocas veces os habéis planteado el porqué de la dificultad del golf, siendo tan fácil que parece cuando lo vemos en televisión.

El objetivo es muy simple: golpear una bola y que la bola vaya donde queremos. Si analizamos el golf en relación a otros deportes con parecidos objetivos, y teniendo en cuenta únicamente el momento del golpeo a la bola o pelota, nos encontramos lo siguiente:

– Tenis. La linea del brazo y posición de la cara de la raqueta nos marcará la linea de salida de la bola una vez impactada. En el momento del golpeo, la bola siempre está en movimiento y nosotros casi siempre.

– Béisbol La proyección de los brazos y el bate siempre es hacia delante y arriba, jamas hacia abajo. Aunque el bate sea redondo y estemos quietos en el impacto, la bola está en movimiento.

– Hockey. El stick de arriba a abajo, pero la pastilla hacia delante. Lo importante es la potencia y velocidad y nosotros en movimiento en el momento del impacto.

Por lo tanto, el golf, en el que la bola está quieta (y siempre nos espera), nosotros parados delante de ella, no tenemos prisa en golpearla y el ritmo y/o velocidad del palo lo ponemos nosotros mismos… ¿por qué es más difícil que cualquier otro deporte?.

Pues bien, la contestación es clara: «es el único deporte en el que debemos golpear con el palo a la bola hacia abajo, para conseguir que la bola vaya hacia arriba». La percepción de dicho acto es lo que inconscientemente lo hacemos difícil de entender.

Parte de esta incomprensión inicial en el golf radica en el hecho de que la bola es redonda, y nuestra cara del palo está inclinada. A primera vista podría parecer que nuestro objetivo es deslizar la cabeza del palo por debajo de la bola, golpeando su mitad inferior, y por lo tanto conducir – o elevar – la bola por el aire. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que el palo de golf no ha sido diseñado para levantar la bola pasando por debajo de ella. Ha sido diseñado para golpear la bola en la fase descendente del SWING.

La cara del palo estará en contacto con la superficie de la bola de golf justo antes de alcanzar la parte inferior del arco de giro. Como resultado, la bola queda atrapada entre la cara del palo descendente y el suelo. La bola se comprime, y debido a que la cara de la cabeza del palo es inclinada, la bola girará hacia atrás hasta el impacto, se descomprimirá (agregando potencia a su salida) y comenzará su ascenso. El ángulo en el que la bola sube (trayectoria) estará directamente relacionado con el loft del palo que hemos elegido para el golpeo.

Para concluir esta explicación y como resumen, solo debemos ser conscientes que «golpear hacia abajo con la intención de que ascienda la bola», no es lógico. Por lo tanto, hasta que dicha acción se llegue a convertir en algo concebible, nuestro músculos se van a «resistir» hasta llegar a realizar de forma mecánica el «golpear abajo». Y la memoria muscular en el golf es esencial, para que podamos dejar de preocuparnos de nuestro SWING, y concentrarse en el juego en sí.

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