diciembre 19, 2014

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El golf es considerado por muchos como un deporte tranquilo, relajado y es cierto. Además su práctica está recomendada para combatir el estrés. Pero si nos fijamos en los datos podemos ver que el desgaste físico es mayor del que muchos pensamos.

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Un jugador en un campo de nueve hoyos, recorridos todos a pie y cargando con su bolsa consume alrededor de 720 calorías. Si por el contrario cuenta con un caddie que transporte su bolsa el consumo energético se reduce a las 613 calorías y si prefiere usar el buggy (coche) durante toda la jornada el consumo baja a las 411 calorías.

 

Por lo que la práctica del golf tres días por semana disminuye de forma considerable el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer. Regula la presión arterial y contribuye a mantener los triglicéridos y el colesterol a raya. Su práctica al ser al aire libre y en días soleados nos ayuda a tener una mejor oxigenación de la sangre y una mayor absorción de vitamina D por parte de nuestro organismo, según recoge Knowi.es.

 

En el golf intervienen diferentes grupos musculares con el famoso swing, especialmente hombros, espalda y brazos ayudándonos a mantenerlos en forma. Para evitar lesiones y contracturas es importantísimo hacer calentamientos de todas estas zonas así como de los tobillos y rodillas partes muy importantes a la hora de realizar el golpeo.

 

En función del grip del palo o la empuñadura, según se agarre y la calidad del mismo, podrá condicionarnos la aparición de epicondilitis (tendinitis de la musculatura lateral del codo) o una tendinitis en la mano si se agarra el palo con demasiada fuerza. Un grip muy apretado puede provocar también tenosinovitis de los tendones flexores.

 

El movimiento del swing afecta principalmente a la columna lumbar, también la parte interna de la rodilla puede verse afectada ya que es el eje de rotación de este movimiento, y está sometida a grandes tensiones, pudiendo provocar una lesión meniscal del menisco interno o una distensión del ligamento lateral interno.

 

Tendinitis en los aductores, al transferir la energía acumulada durante el pilotaje sobre la pelota. El peso de todo el cuerpo es transmitido a las piernas, especialmente a la izquierda provocando desequilibrios en la pelvis y la cadera generando así dicha tendinitis.

 

Al finalizar el movimiento de golpeo podemos realizarlo de dos maneras, en I en el cual la espalda se mantendría erguida o bien describiendo un arco con la espalda denominado finish en C, esta última modalidad puede generar dolores lumbares crónicos.

 

Los principiantes deben tener cuidado al realizar el golpeo, al principio es muy frecuente descargar toda la fuerza que concentramos para golpear la pelota, contra el suelo dañando así los tendones del codo, esta lesión es conocida también como codo del jugador de Golf.

 

 

 

 

 

 

 

 

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