enero 17, 2012

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Marcelo Barba

No hablo de mis hijas ni de mis futuros yernos, ya me resigné a los noviazgos eternos (según pasan los años todos parecen como hermanitos…). En cambio deseo plantear la ocasión única de afrontar la decisión personal -hoy y ahora, en este preciso 2012- de jugar Golf, aprovechando además que es un año bisiesto, por cierto.

Digo lo de bisiesto para encontrarle alguna excusa -aunque sea insignificante ó tremenda- para que ello termine de convencernos del todo. ¿Ó acaso siempre seguiremos esperando el empujón de algún amigo para tirarnos al agua, justo cuando mojábamos la punta del pie para ver si estaba fría…?

Porque señores, digámoslo con todas las letras: si ya nos pusimos el traje de baño y caminamos hasta el borde de la pile, a esa altura no podemos replantearnos si vinimos a cocinar ó llegamos con la idea de darnos un chapuzón. Saltemos de una vez y hagamos lo que teníamos pensado hacer…

Entiendo que da un poco de temor, vergüenza ó desconcierto presentarse en una cancha así como así, pero vuelvo con lo mismo… ya compramos los palos, los guantes, zapatos, algunas pelotitas; invertimos más de mil horas de práctica y clases con algún profe y hasta sacamos handicap, entonces… no esperemos más, por favor.

Además, es hora de darle un merecido descanso al amigo que nos hizo de padrino. Larguémonos solitos y sin ninguna red.

Todos los comienzos son duros, para qué negarlo; pero lo peor que podemos hacer en este caso (y en otros tantos de la vida) es no hacer nada, quedarnos con las ganas esperando algún milagro que no sucederá.

Lo bueno de todo, es que si comenzamos de una vez, romperemos la inercia y los temores lógicos de cualquier inicio y sin advertirlo, cuando miremos hacia atrás veremos que ya recorrimos mucho camino, sin ayuda de nadie. Eso es fantástico, créanmelo.

Tres cosas que recomiendo desde lo personal, porque lo hice y también sufrí ese momento de decisión:

a) Busquen un horario ‘apropiado’ para salir a la cancha en los primeros torneos que jueguen. En esta época de calor eso significa sufrir un poco y asumir la temperatura agobiante, porque para los ‘novicios’ que no desean que nadie los apure, ni que Uds. hagan lento el juego, lo mejor es elegir la franja de salida entre las 14 y 15 horas con otros golfistas que se también se inician… Lo del horario ‘apropiado’ no necesariamente significa cómodo, sino adecuado para nuestras primeras experiencias en un campo de Golf real, aprovechen la luz que nos da el verano hasta las 19 horas.

b) Traten, en la medida que su presupuesto lo permita, tomar un caddy que los acompañe en el recorrido. A pesar de ser una decisión costosa, les aseguro que redundará en muchos beneficios para Uds., pues más allá de disfrutar de la amable compañía, lo aprovecharán como un mini-profe que los orientará mejor en sus elecciones, distancias, peligros, reglas, etc. etc., además de alivianarle el tema psicológico referido a los miedos de perder una bola y hacer lento el juego, de necesitar cinco golpes para llegar al green de un par 3 y mil cosas más que podrían generar algún nivel de pudor ó timidez.
c) Propónganse mentalmente finalizar los 18 hoyos, no ganar el torneo. Esto es muy parecido a querer ganar un Dakar por vez primera, ó una maratón de 10 Km. cuando nunca corrimos en ellos. No existe ningún piloto ó maratonista sobre la tierra que pretenda ganar en su primer experiencia deportiva; el sólo hecho de finalizar debe ser interpretado como un triunfo personal.

Luego vendrán los ajustes, los análisis de cada hoyo y golpes. Es un largo ciclo que se realimentará a sí mismo, a medida que volvamos a jugar una y otra vez con más y más experiencia. Llegarán también los momentos de rever los horarios de salida y de compartir el juego con otros colegas que ya recorrieron el mismo camino de ascenso.

Finalmente, propónganse este fin de semana anotarse en un torneo y jugar en serio; verán que volverán a casa cargados de nuevas experiencias, ansiedades, ilusiones y un placer único que los hará regresar por más y más… De eso se trata el Golf.

Nota: nosotros los del sur, vayan bien preparados para el calor, con un termo lleno de agua fría, un buen sombrero y protector solar nivel «100».

Hasta la próxima.
Marcelo H. Barba

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