mayo 7, 2025

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Carlos Rodriguez Braun, 

 

Reflexionemis sobre la relación entre el deporte y la economía, en particular en el caso del golf.

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Partiendo de la antigüedad más remota, el deporte ha sido analizado desde innumerables perspectivas: políticas, sociales, educativas, sanitarias, morales, psicológicas y hasta estratégicas y militares.

Pero también tiene una dimensión económica, que no solo es apreciable sino que cuenta en nuestro país con un margen de crecimiento. Según Jaume García, catedrático de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra, el peso del deporte en el PIB de nuestro país es del 1,4 %, equivalente a unos 15.000 millones de euros; el porcentaje es bastante inferior al de otros países como Alemania, con el 3,9 %, o Austria, con el 4,1 %.

Dentro de esa relevante realidad económica, el golf tiene un impacto que ha sido estimado en más de 2.000 millones de euros al año. Hay más de 11.000 empleos directos generados por el golf.

El deporte se solapa con otra actividad significativa para la economía de España en general y de Sotogrande en particular. Se trata del turismo, y especialmente el turismo ligado al golf, cuyo gasto anual puede superar los 2.000 millones de euros en España, de los cuales 500 millones quedan aquí, en Andalucía. Según informó Expansión: “España es el segundo país del mundo que más turistas extranjeros recibe cuyo motivo principal para viajar es jugar al golf. Sólo EE UU se encuentra por delante en esta clasificación”.

El turismo deportivo, que atrae a unos diez millones de turistas por año, tiene una característica económica adicional que los golfistas conocen bien: carece de estacionalidad. Es un fenómeno que, junto con la temporalidad del empleo, típica de las actividades estacionales, siempre han lamentado los analistas del turismo en España, que subrayan la importancia de atraer a deportistas y a turistas deportivos todo el año. El golf se ajusta bien a las actividades no estacionales. Y, por cierto, en Sotogrande no cabe plantear la tradicional oposición entre destinos turísticos de sol y playa, por un lado, y destinos golfísticos, por el otro. En Sotogrande, aunque no sea todo el año, cumplimos los dos objetivos.

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