agosto 9, 2023

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«Cuando me paro en el tee del hoyo uno, se presenta el fantasma del miedo y con él, tener que hacer mas de 80 golpes.

Pero me tranquilizo pensando que mi nivel de juego me va a proteger.»

Así se expresa un profesional, y agrega «lo mejor que puedo hacer es llegar, bajarme del auto y salir, entonces hago par, par y birdie».

Los equivalentes del miedo que padecemos ante la expectativa del error, se manifiestan en ansiedad y angustia y la mayoría de las veces son desproporcionados respecto de riesgo asumido.

Por ilustrativos abundo en aforismos y en este caso existe uno que lo expresa todo»: el que se quema con leche ve una vaca y llora» Con frecuencia ante una toma de decisión que involucra riesgo, la ansiedad nos acomete y desencadena el reiterado ciclo del temor, que termina con un doble o triple bogey, cuando todo se podía haber arreglado con uno simple. No cabe la menor duda, que en estas condiciones estamos actuando sobre la base de fracasos anteriores.

Es la consecuencia de experiencias frustrantes a la que agregamos, la amenaza a la cual debemos enfrentarnos.

Si se cumple, el proceso continúa y comienzan los síntomas de la somatización como ser: pulso y respiración acelerados, contracturas musculares, dolores estomacales. Aprensiones y temores infundados o exagerados, es patrimonio de personas predispuestas, donde la labilidad psicológica juega un rol fundamental. Las apoyaturas emocionales de maestros e instructores de golf, tienen más importancia que las correcciones técnicas, cuando se trata de jugadores avezados o profesionales experimentados. Los miedos se construyen sobre la base de la desconfianza y temor a lo desconocido. Tiene que ver con lo imprevisto, suponen riesgo e inseguridad. Desencadenan las obstrucciones habituales que estamos acostumbrados a sufrir, cuando impactamos la pelota con indecisión.

Un tiro ejecutado con miedo es un tiro débil, sin convicción. Es el tiro errado en el fairway o corto en el green. Es el tiro que no podemos dominar, por que la efectividad de los mandatos mentales han sido perturbados por las emociones negativas. Adolece de imprecisión y se acompaña del error. Cuando se sale a jugar con miedo se le cierran las puertas a las habilidades adquiridas y sin darnos cuenta estamos retornando merced al miedo a las reacciones primitivas de nuestra especie. En la evolución biológica, las últimas adquisiciones como la mesura. la templanza y el comportamiento social son las que más fácilmente se pierden. El miedo es primitivo, prevalece sobre lo recientemente adquirido. En el golf el miedo no protege, incapacita. La mejor forma de evitarlo es confiar en el nivel adquirido y dejar que el juego surja espontáneo y sin trabas.

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